diumenge, 15 de novembre del 2009

Petit indi / 2009 / Marc Recha

Deia Pudovkin, en un dels seus llibres de teoria cinematogràfica: "Entre el fet natural i la seva aparença a la pantalla hi ha una considerable diferència. És aquesta diferència el què fa del cine un art."

Marc Recha, en aquesta pel·lícula, fa que aquesta diferència sigui molt petita, i és aquesta subtilesa la que li dona un plus de valor a la seva obra.

diumenge, 11 d’octubre del 2009

Let's Get Lost / 1988 / Bruce Weber

Un diumenge a la tarda. A la part alta de Barcelona, aprop de la Diagonal. A finals dels anys 60. Truquen a la porta del pis del doctor X. És la vivenda i la consulta alhora, una placa a la porta del carrer així ho indica. El doctor en persona va a obrir. De seguida reconeix l'individu que té palplantat al davant. És en Chet Baker, que aquells dies ha actuat a la ciutat. Vol que li faci unes receptes. Psicòtrops. Hi accedeix.


Aquesta anècdota, verídica, me l'expliquen just l'endemà d'haver vist l'impressionant documental de Bruce Weber. I per mi és com una postdata que m'acaba de dibuixar el personatge. Un d'aquells personatges fascinants que no té terme mig.

dissabte, 28 de febrer del 2009

Sånger från andra våningen / 2000 / Roy Andersson

Deia Buñuel:
Si fuéramos capaces de devolver nuestro destino al azar y aceptar sin desmayo el misterio de nuestra vida, podría hallarse próxima una cierta dicha, bastante semejante a la inocencia

Per comentar aquesta pel·lícula, torno a recórrer a un poema, el de Cesar Vallejo en el qual s'inspira.


TRASPIE ENTRE DOS ESTRELLAS de CESAR VALLEJO

¡Hay gentes tan desgraciadas, que ni siquiera
tienen cuerpo; cuantitativo el pelo,
baja, en pulgadas, la genial pesadumbre;
el modo, arriba;
no me busques, la muela del olvido,
parecen salir del aire, sumar suspiros mentalmente, oír
claros azotes en sus paladares!

Vanse de su piel, rascándose el sarcófago en que nacen
y suben por su muerte de hora en hora
y caen, a lo largo de su alfabeto gélido, hasta el suelo.

¡Ay de tánto! ¡ay de tan poco! ¡ay de ellas!
¡Ay en mi cuarto, oyéndolas con lentes!
¡Ay en mi tórax, cuando compran trajes!
¡Ay de mi mugre blanca, en su hez mancomunada!

¡Amadas sean las orejas sánchez,
amadas las personas que se sientan,
amado el desconocido y su señora,
el prójimo con mangas, cuello y ojos!

¡Amado sea aquel que tiene chinches,
el que lleva zapato roto bajo la lluvia,
el que vela el cadáver de un pan con dos cerillas,
el que se coge un dedo en una puerta,
el que no tiene cumpleaños,
el que perdió su sombra en un incendio,
el animal, el que parece un loro,
el que parece un hombre, el pobre rico,
el puro miserable, el pobre pobre!

¡Amado sea
el que tiene hambre o sed, pero no tiene
hambre con qué saciar toda su sed,
ni sed con qué saciar todas sus hambres!

¡Amado sea el que trabaja al día, al mes, a la hora,
el que suda de pena o de vergüenza,
aquel que va, por orden de sus manos, al cinema,
el que paga con lo que le falta,
el que duerme de espaldas,
el que ya no recuerda su niñez; amado sea
el calvo sin sombrero,
el justo sin espinas,
el ladrón sin rosas,
el que lleva reloj y ha visto a Dios,
el que tiene un honor y no fallece!

¡Amado sea el niño, que cae y aún llora
y el hombre que ha caído y ya no llora!

¡Ay de tánto! ¡Ay de tan poco! ¡Ay de ellos!